De Jean-Jacques Crèvecoeur: promethee@videotro.qc.ca
Jueves, 10 de septiembre de 2009
(Recibido en francés vía Internet el 12 de septiembre y traducido ese mismo día) Respecto a la «Conferencia sobre la libertad de elección en cuestiones de salud (Québec)» y otras preguntas
Nota preliminar: Envío este correo por iniciativa propia. No sirvo los intereses de nadie y llevo a cabo esta acción de forma totalmente altruista. Por otro lado, les pido que no me crean sin más. Les invito, simplemente, a usar su propio discernimiento. Y a sacar sus propias conclusiones.
Pandemia de gripe A (H1N1)
Queda poco tiempo para informarse y para movilizarse. Dentro de dos meses será demasiado tarde…
Como otras muchas personas conscientes (son cada vez más), también yo he decidido consagrarme enteramente a este dossier para denunciar las mentiras y manipulaciones de las que somos objeto. Es mi compromiso…
Les pido a ustedes que, por su parte, hagan lo propio: difundan estas informaciones a todos los que tengan en su agenda de direcciones, en sus blogs y páginas de Internet. Es su vida la que está en juego.
Si usted no ha recibido este correo directamente, inscríbase para recibir los próximos: promethee@videotron.qc.ca
Queridos amigos:
Les prometí informarles. Es lo que hago ahora. En espera de que salga mi primer vídeo, les escribo. Porque es más fuerte que yo. Y porque tenemos los días contados. El objetivo de este correo es doble.
Primer objetivo: Quiero recordarles que este sábado, 12 de septiembre, de 9 a 22 h (hora de Montréal) tendrá lugar en Montréal un congreso excepcional. Es la primera conferencia que tiene lugar por la libertad de elección en cuestiones de salud. Si están lejos de allí, puede seguir el desarrollo del congreso, en directo y en diferido, a través de Internet.
Si quiere saber sobre qué tratará el congreso, pinche en el enlace que anuncia el acontecimiento: http://www.youtube.com/watch?v=NbMWPTM2yhs
Conociendo a los políticos de la salud tanto de América del Norte como de Europa, les aseguro que encontrarán ahí muchas informaciones que se aplican a nuestra realidad. Sólo difieren los nombres de las leyes y de los políticos. Pero son las mismas compañías farmacéuticas las que imponen sus leyes inicuas y coercitivas a políticos convertidos en peleles y hombres de paja. Si quieren comprender lo que nos espera en los próximos meses, por favor, tómense el tiempo de seguir esta conferencia. Son sencillamente su salud, su libertad y su vida las que están en juego.
Para inscribirse, pinche en el enlace siguiente: http://www.tele-sante.com/conference_flcs_12sept09_webdiffusion.html
Y si usted cree todavía ingenuamente que el plan de vacunación obligatoria no tendrá lugar, le invito a intentar responder a las preguntas que yo me hago desde que sigo el dossier de la gripe porcina. Éste es el segundo objetivo de este correo: compartir con ustedes algunas de mis numerosas preguntas e interrogantes a propósito de la famosa pandemia de gripe H1N1. Les invito a responder por sí mismos y extraer sus propias conclusiones…
¿Por qué a primeros de febrero 2009, Madame Bachelot (ministra de salud de Francia) pidió a un grupo de expertos en leyes constitucionales que le informaran sobre una importante cuestión? Ésta: «La imposición de un plan de vacunación a toda la población ¿sería ilegal y anticonstitucional?» Los expertos la tranquilizaron indicándole que una situación excepcional y un estado de urgencia sanitaria ¡justificaría ampliamente que se suprimieran todas las libertades individuales!
¿Por qué la Organización Mundial de la Salud modificó el 27 de abril 2009 su definición de pandemia? Hasta entonces, para declarar una pandemia ¡las condiciones eran mucho más estrictas! Ahora, ¡basta que la enfermedad sea identificada en dos países de una misma zona OMS!
¿Cómo es que la patente de la vacuna contra la gripe porcina (H1N1) se presentó en el organismo competente en 2007? (mucho antes de la reaparición del virus, ya desaparecido después de la famosa epidemia de gripe española de 1918)
¿No es mucha casualidad que el presidente Sarkozy tuviera la intuición de firmar un contrato para invertir en la construcción de una fábrica para producir vacunas contra la gripe, por un montante de 100 millones de euros, el 9 de marzo de 2009? ¡Y adivinen dónde! En Méjico, ¡precisamente donde nació el foco de la pandemia!
¿Por qué ningún medio de comunicación o experto científico recuerda que la gripe común mata cada año entre 250.000 y 500.000 personas, o sea, más de 1.000 muertos al día? (son cifras oficiales de la propia OMS)
¿Por qué todos los medios de comunicación del mundo entero repiten día tras día que el número de víctimas causado por el virus de la gripe A (H1N1) va a ser una auténtica hecatombe, cuando los hechos demuestran que se trata de una gripe sencilla (menos grave que la gripe estacional corriente) que no ha causado más que 2.000 muertos en más de cinco meses? ¡La gripe común habrá causado, entretanto, unos 200.000 muertos!
¿Por qué, a pesar de esas cifras de mortalidad insignificantes (2.000 en lugar de 200.000) la mayor parte de los países del planeta han hecho unos pedidos descomunales, de centenares de millones de dosis de vacunas, desde el mes de junio 2009?
En otras palabras, ¿por qué se ponen en marcha unas medidas excepcionales este año cuando resulta que la gripe es menos virulenta que otros años? ¿Qué es lo que, ateniéndose a los hechos, justifica tales decisiones, cuando no hay nada de excepcional?
¿Por qué en la mayoría de los países se han votado ya unas leyes excepcionales (leyes marciales) sin revelar su contenido?
¿Por qué el ministro de Interior francés ha llamado a filas a todos los reservistas del ejército y de la gendarmería para el caso (cito textualmente) «de que hubiera graves disturbios sociales, previstos para el final del verano 2009» (es decir, en septiembre)?
¿Por qué el ejército de Estados Unidos se acaba de desplegar por todo el país?
¿Por qué se han instalado en Estados Unidos más de 800 campos de concentración durante estos últimos años? (Por ahora están vacíos) ¿Por qué están gestionados por la FEMA (Federal Emergency Management Agency), que es el organismo que interviene cuando hay grandes catástrofes en el territorio (como cuando el ciclón Katrina)?
¿Por qué se encuentran almacenados centenares de miles de féretros en todos los estados norteamericanos? ¿Y por qué se han excavado fosas comunes en todos los distritos?
¿Por qué 600 neurólogos británicos recibieron el 29 de julio 2009 una carta confidencial de Health Protection Agency (HPA) (Agencia para la Protección de la Salud) invitándoles a estar especialmente atentos a un posible recrudecimiento del síndrome de Guillain Barré (enfermedad neurológica degenerativa gravísima desencadenada casi siempre por la vacuna)? ¿Y por qué esa misma agencia no ha prevenido al público que va a «beneficiarse» de la campaña de vacunación?
¿Cómo es que el 5 de marzo 2009, la firma Baxter contaminó 72 kg de material para la elaboración de las vacunas, mezclando virus H5N1 (de gripe aviar) y H3N2 (de gripe común), antes de enviarlos a seis países, cuando los procedimientos de seguridad en ese tipo de laboratorios hacen que ese accidente resulte absolutamente imposible? Imposible salvo si el acto es voluntario… Esto me lo ha confirmado un doctor en biología.
¿Por qué no nos dicen que la vacuna contra la gripe, desde que existe (hace 40 años) nunca ha tenido un impacto positivo sobre la incidencia de esa enfermedad, sino todo lo contrario? Un estudio internacional ha demostrado que los vacunados contraen la gripe más a menudo que los no vacunados.
¿Por qué se nos esconde que las personas que murieron en 1918 fueron precisamente las que se vacunaron contra la gripe española, y no los que no se vacunaron? ¿No querría esto decir que murieron a causa de la vacuna, no de la gripe?
Si las vacunas tienen tan pocos efectos secundarios, ¿cómo explican las autoridades sanitarias que el número de personas afectadas de esclerosis en placas, en Francia, haya pasado de 25.000 a 85.000 tras la campaña de vacunación contra la hepatitis B?
¿Por qué se nos oculta que todas las epidemias del siglo XX han sido desencadenadas por campañas previas de vacunación?
¿Por qué se autoriza poner en la vacuna contra la gripe H1N1 un coadyuvante como el escualeno (en una proporción un millón de veces mayor ―he verificado los cálculos, ¡no me lo podía creer!) cuando la Cámara de Representantes lo reconoció explícitamente responsable del síndrome de la primera guerra del Golfo, que enfermó a 180.000 soldados (el 25 %) a consecuencia de la vacuna contra el ántrax? ¡Obsérvese que el escualeno fue prohibido por un juez federal en 2004!
¿Por qué los primeros colectivos seleccionados para las vacunaciones son las mujeres embarazadas y los niños, cuando normalmente se selecciona a las personas ancianas? Al parecer, ellos tienen memoria inmunitaria de la gripe española de 1918!!!
¿Por qué los procedimientos de vacunación obligatoria serán confiados no a los médicos, sino a estudiantes voluntarios y a militares?
¿Por qué ningún médico ni hospital alguno podrán dispensar por sí mismos las vacunas? ¿Temen que pueda haber falsos certificados?
¿Por qué el 50 % de los médicos ingleses dicen que no se vacunarán con la nueva vacuna porque no confían en el procedimiento de preparación?
¿Por qué se presenta el Tamiflu como un antiviral eficaz cuando todas las campañas de utilización de ese producto han resultado ser catastróficamente ineficaces? Además, ese medicamento provoca numerosos desórdenes psicológicos y neurológicos, ¡llegando incluso a inducir al suicidio en numerosos individuos que lo han tomado!
¿Por qué las autoridades sanitarias, que se supone velan por nuestro bienestar y protección, autorizan que un nuevo tipo de vacuna (son sus palabras) sea probada directamente en centenares de millones de conejillos de indias (es decir, nosotros) sin que sean respetados los protocolos normales de «puesta en el mercado» y sin ninguna garantía de inocuidad de la susodicha vacuna?
Podría continuar así durante horas. Pero me detengo aquí pues el resto de las preguntas irían en el mismo sentido. No tengo tiempo, por ahora, de darles todas las referencias de artículos de los periódicos oficiales (le Monde, le Figaro, el Daily Post, el Journal du Dimanche, etc.), páginas oficiales (de la OMS, de Baxter, de Aventis, de Sanofi-Pasteur,etc.) y de las declaraciones de científicos pro-vacunaciones que he consultado. Encontrarán todo eso en mi página Web de aquí a finales de septiembre.
Pero les garantizo, palabra de honor, que todas las preguntas que planteo aquí ¡se basan únicamente en lecturas de documentos oficiales y accesibles a todos! ¡No son alegaciones, suposiciones o pronósticos de teóricos del gran complot! ¡Eso es lo que hace que resulte urgente plantearse esas preguntas! Y sacar las conclusiones que de ellas resultan.
Por mi parte, ya lo he hecho. Y mi posición es clara.
En otras palabras, mientras no me obliguen a cerrar el pico, continuaré informándoles.
Hay una pregunta, en cambio, que voy a plantear aquí y a la que voy a responder,
La pregunta es ésta: ¿Cómo es que un virus tan benigno va a matar a millones de personas? ¡Es la pregunta del millón!
Pues bien, la respuesta nos la aporta la historia de las pandemias del pasado. La receta es sencilla (en doce etapas, ya experimentadas en 1918 con éxito):
Se anuncia que un foco de una nueva gripe acaba de aparecer en Méjico y que es muy grave, ¡pues es un virus animal transmisible al hombre!
Se anuncia después que han muerto 350 personas en una semana, para rectificar luego y decir que sólo han sido 8. Pero todo el mundo se ha quedado con la idea de que ha habido muchos muertos desde el principio. (¿Esto no le recuerda nada? El 11 de septiembre nos anunciaron por televisión que en las Twin Towers habían muerto de 40.000 a 50.000 personas ―lo que justificaba la cruzada contra las fuerzas del Mal―, después se rebajó el número de muertos a 2.974).
Se anuncia con gran refuerzo de publicidad cada día que ese terrible virus se propaga a una velocidad increíble por todo el planeta (cuando, por otra parte, ningún laboratorio del mundo dispone de la cepa del virus para confirmar que ese virus es ciertamente el causante y no el virus corriente ―se reconoce, por otra parte, que la gripe porcina no presenta ningún síntoma específico respecto a los de la gripe común―). Entonces, ¿cómo hacen para contar el número de casos?
Ante la poca virulencia del susodicho virus, se nos anuncia que ese simpático virus va a mutar (¡por fin!) y se va a convertir en algo MUY malo, y que se sabe que va a mutar en una fecha concreta (la de la salida de las vacunas, ¡qué casualidad! ¿no?)
Durante todo ese tiempo se preparan en laboratorio unos productos de los que se dice que son vacunas, y en los cuales se mezclan dos cepas de gripe porcina, dos cepas de gripe aviar y una cepa de gripe humana (¡un cóctel absolutamente explosivo cuando sea inyectado en el cuerpo!) Además, se le añade (en mayor cantidad que la habitual) algunos coadyuvantes (mercurio, aluminio y escualeno) ¡de gran toxicidad reconocida!
Poco antes de la salida de las llamadas vacunas (que, en realidad, son armas bacteriológicas), los medios de comunicación nos anuncian con grandes titulares que hay un recrudecimiento de casos de gripe. Incluso si los médicos no se molestan en comprobar si se trata del mismo virus, la gente está tan hipnotizada que ya no reflexiona. Está convencida de que la mutación anunciada está realizándose.
Se anuncia también que todas las vacunas no estarán disponibles inmediatamente y que habrá algunos afortunados que podrán beneficiarse enseguida, mientras que otros tendrán que esperar hasta cuatro meses ¡para recibir al fin la vacuna salvadora! Obsérvese que, en la cronología de los acontecimientos, ahora estamos en este punto.
En cuanto salen las primeras armas bacteriológicas disfrazadas de vacunas, las buenas gentes atemorizadas corren a vacunarse voluntariamente, en los centros especialmente preparados al efecto (y rodeados de militares). Aquí, en Canadá, la gente se inscribe en listas de espera ¡para estar seguros de ser de los primeros en recibir la vacuna!
Tras la inyección de la vacuna, el cóctel preparado cuidadosamente por los laboratorios acarrea la mutación y combinación de diferentes cepas en el cuerpo del paciente, haciendo a los virus verdaderamente mortales. Al mismo tiempo, los coadyuvantes habrán echado por tierra el sistema inmunitario. El Tamiflu será utilizado para provocar una sobre-infección (casos ya observados en algunos países) ocasionando inmediatamente la muerte de la persona. Consecuencia: habrá miles de muertos entre la población vacunada en primer lugar.
Se nos dirá entonces que, desgraciadamente, ha ocurrido lo que se temía: el virus ha mutado en una forma mortal. La causa de los fallecimientos se atribuirá al virus, ¡no a la simpática vacuna que se supone ha de protegernos! Se apoderará el pánico de la población, que reclamará ser vacunada urgentemente.
En vista de la gravedad de la situación sanitaria, en vista de los disturbios que todo ello generará ―por una parte, por los que reclamarán la vacuna por la fuerza; por otra, por los que acusarán a las autoridades sanitarias de genocidas― se declarará el estado de urgencia en todos los países y se pondrá en marcha el plan de vacunación obligatoria.
Los que se nieguen a ser vacunados tendrán que esconderse o desaparecer durante un tiempo suficientemente largo, a no ser que los hagan desaparecer en campos de concentración previstos al efecto.
Este escenario se lo escribo la noche del 9 al 10 de septiembre de 2009.
No lo hago con el corazón contento, en absoluto.
Les ofrezco aquí una síntesis de todo lo que he leído a lo largo de los últimos cinco meses (dos de los cuales a tiempo completo). Mi objetivo es descodificar para ustedes las informaciones que nos ocultan (aun cuando están disponibles públicamente, busquen por sí mismos en el Google, ¡ya verán!) con el fin de que no cedan al pánico cuando comience la hecatombe. Con el fin de que comprendan cuál es la causa real de lo que verán.
Ahora bien ¿qué podemos hacer?, me dirán ustedes. Por el momento, lo que me parece más importante es que difundan esta información a TODOS sus contactos. Imprima este correo, trocéelo si le parece demasiado largo, déselo a todos sus amigos, a sus conocidos. Si son padres de niños que van al colegio, constituyan inmediatamente comités de resistencia a ese plan genocida. Dentro de dos meses será demasiado tarde. Y deben saber que los colegios serán acordonados para poder vacunar a sus hijos. Si ustedes no se organizan ahora, cuando el plan se ponga en marcha, el 15 de noviembre, se encontrarán sin medios.
Hablen con los policías y gendarmes que conozcan porque también a ellos se les mantiene en la ignorancia de este plan (¡ellos no serán vacunados con los mismos productos para que no se pongan enfermos!). explíquenles que van a participar, sin saberlo, en un genocidio programado contra la población. Recuérdenles que si los nazis pudieron deportar a tantas personas a los campos de la muerte, fue porque tuvieron el apoyo y colaboración de la policía francesa, que no comprendió lo que ocurría. Hablen también con los representantes políticos, pues la mayoría de ellos no saben lo que se está tramando. Pídanles que no cooperen, que saboteen el plan, que destruyan los ficheros de la población para que el censo de los vacunados y no vacunados se convierta en un rompecabezas.
Esta actividad debería convertirse en su actividad prioritaria. Porque la única manera de interrumpir ese plan diabólico es reunir una masa crítica de personas conscientes. ¿No decía Gandhi: «un individuo consciente y de pie es mucho más peligroso para el poder establecido que 10.000 individuos dormidos e inconscientes»? Estoy convencido de ello.
En cambio, no pierda el tiempo con los altos dirigentes del Estado, los grandes medios de comunicación y los expertos pagados (comprados) por los laboratorios farmacéuticos. No pierda tampoco el tiempo con los escépticos, ni con los adictos a la pequeña pantalla para quienes lo que se dice en televisión es el evangelio, y nada más merece credibilidad. Desconfíe incluso de su reacción, pues podrían acusarles de querer matarlos al aconsejarles que no se vacunen.
Y si tiene usted miedo al leer mi correo, transforme el miedo en acción, en movimiento. Siempre que la humanidad ha dado un salto en su evolución ha sido así: el miedo al fuego se transformó en dominio del fuego, y así fue como el hombre inventó la técnica. Lo que está aquí en juego es muy importante
En cuanto a mí, soy plenamente consciente de lo que arriesgo al asumir esta posición a pecho descubierto. Desde hace algún tiempo vivo con la perspectiva de que podría ser que no estuviera en este mundo dentro de algunas semanas. Y le descubro a mi existencia una fabulosa perspectiva. A menudo me he planteado la cuestión de manera teórica: «Si me quedara un año de vida, ¿qué opciones realizaría para poder entrar en la muerte con serenidad y sin lamentarlo?» Hoy en día ésa ya no es para mí una pregunta teórica. Y me doy cuenta de que muchos de mis valores se están transformando de manera aún más radical. Y muchas cosas que me preocupaban se han convertido en algo absolutamente secundario…
Permanezcamos en pie y conscientes.
Les saludo de todo corazón
Jean-Jaques Crèvecoeur
Montréal, 4h 30m de la madrugada del jueves, 10 de septiembre 2009.
Si no és del tot necessari,no imprimeixis aquest missatge.
D’aquesta manera ajudaràs a estalviar, aigua,energia i recursos forestals. Gràcies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.